*No más deuda para rescate de bancos y empresas en Italia y España. 

El Mecanismo Europeo de Estabilidad, MEDE, como se denomina el fondo de rescate, se había valorado como una solución intermedia, una suerte de red de seguridad (como línea de emergencia) que atajara ataques especulativos a la espera de una mayor actuación fiscal, como la posible emisión de coronabonos o la creación de algún otro instrumento específico para esta crisis.

La activación del MEDE, con un fondo disponible de 700 mil millones de euros y una capacidad de endeudamiento de 410 mil millones, así como la emisión de coronabonos, eran una petición expresa de países como España, Francia, Italia o Portugal –y de sus respectivos bancos centrales–, así como de organismos como el Banco Central Europeo (BCE) o la Comisión Europea, presidida por Ursula von der Leyen, antigua ministra de Angela Merkel. Sin embargo, la propuesta suele tener en frente a países como Alemania y Holanda, contrarios a que los socios “mutualicen” los riesgos.

Alemania y Holanda no quieren más deuda para la Unión Europea a causa de la pandemia del Coronavirus, señalan que tanto Italia como España deben de afrontar con sus propios recursos la actual crisis por la que pasan, no obstante, dejan abierta la posibilidad de usar un pequeño fondo de rescate financiero

Francia, que se encuentra entre los ocho países europeos que apuestan por la “mutualización” de la deuda en la que se incurra, intenta maniobrar con una solución intermedia. El ministro de Finanzas galo, Bruno Le Maire, ha anunciado en Financial Times que Francia va a proponer la generación de deuda temporal de cinco a diez años que apoye la recuperación en los países más golpeados por el coronavirus.

Los gobernantes de nueve países: Francia, Italia, España, Bélgica, Irlanda, Portugal, Grecia, Eslovenia y Luxemburgo. En vista de la enorme crisis, demandan que la UE asuma créditos mancomunadamente, mediante la emisión de "coronabonos”. En una carta conjunta, dirigida al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, indican que se enfrenta un "shock externo, del cual ningún país es responsable, pero cuyas consecuencias negativas afectan a todos”.

La canciller alemana, Angela Merkel, estaba entonces en contra del endeudamiento mancomunado. Y lo sigue estando hoy. Una vez más, prefiere el MEDE como instrumento para abordar la crisis.