El día que un diplomático de Felipe Calderón robó siete teléfonos celulares en una visita de Estado en EEUU.
Luego de una reunión trilateral con sus entonces homólogos de Estados Unidos, George W. Bush, y de Canadá, Stephen Harper, y que tuvo lugar en la ciudad estadounidense de Nueva Orleans, los días 21 y 22 de abril de 2008, un funcionario del equipo diplomático mexicano se vio envuelto en un escándalo por robo.
Dos días después de la reunión, la cadena de noticias Fox reveló que durante dichos encuentros, en una ocasión el, hasta ese momento, subdirector de Coordinación y Avanzada, del área de Comunicación Social de la presidencia mexicana, Rafael Quintero Curiel, había sido grabado por una cámara de seguridad, de uno de los hoteles donde se llevaban a cabo los encuentros, cuando robaba “seis o siete” celulares del tipo Blackberrie, mismos que pertenecían al personal del Servicio Secreto de Estados Unidos.
Según explicaron, Rafael Quintero tomó los celulares de una mesa donde funcionarios estadounidenses dejaban sus equipos de comunicación antes de entrar al salón de donde la delegación mexicana se reuniría con Bush, una práctica bastante común en ese tipo de actividades.
“Se que no estaba bien o simplemente estaba desesperado por jugar rompetabiques, un agregado de prensa mexicano fue captado por una cámara embolsándose algunos Blackberries de la Casa Blanca durante la más reciente reunión en Nuevo Orleans, hecho por el cual fue despedido”, fue la frase con la que la cadena televisiva informó sobre lo ocurrido.
Posteriormente, la que en ese momento era portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, confirmó que ya se había iniciado una investigación en contra de Quintero por esos hechos.
Después, desde Los Pinos se anunció la remoción Rafael Quintero Curiel de su cargo. Ricardo Alday, quien era portavoz de la Embajada mexicana en Washington, sostuvo que por el episodio de los Blackeberries Quintero “fue despedido en cuanto aterrizó en la Ciudad de México proveniente de Nueva Orleans en un vuelo comercial al finalizar la cumbre”, lamentándose por esos hechos.
Pero ahí no quedó el asunto ya que luego de todo eso, Rafael Quintero Curiel publicó un comunicado en el que daba su versión de los hechos.
El exfuncionario detallaba que los dos teléfonos –sólo dos, no siete como indicaba la cadena Fox– los había encontrado en una mesa en el hotel sede del encuentro y pensó que los habían olvidado, por lo cual decidió tomarlos y buscar a sus dueños.
Pero, continuaba relatando, debido a la premura del itinerario que tenía se vio en la necesidad de trasladarse al aeropuerto a acompañar a la comitiva de Felipe Calderón en su regreso a México, llevándose con él los aparatos.
La única solución que encontró, según señalaba, fue entregarlo al chofer del vehículo que lo llevaba al aeropuerto, para que a su vez este los entregara en la recepción del hotel de donde los tomó.
El exfuncionario de Los Pinos también indicó que cuando él se encontraba en el aeropuerto llegó el Servicio Secreto para pedirle los aparatos; él entonces les notificó que los había enviado ya de regreso y que estaban en camino de ser entregados. Gesto que, Quintero Curiel aseguraba, los elementos del Servicio Secreto le agradecieron y añadía que salió sin mayores problemas de Estados Unidos a México, donde lo quitaron de su cargo apenas llegó.